8 de septiembre de 2012

Una dieta difícil

Mientras contestaba algunos correos, pensaba en que algunas personas me dicen que es facil para nosotros hacer una dieta porque la hacemos en familia, pero que en realidad llevar la dieta sin gluten es muy difícil, que no se puede seguir siempre, que hay que andar cargando con comida aquí y allá, que si se pierden convivencias sociales, que si el menú no es variado, etc... y muchas quejas, muchos desacuerdos....

Lo que opino al respecto es: en efecto, tienen razón llevar un cambio de dieta nunca ha sido fácil creo que para nadie, menos aún si se lleva en solitario. El acompañamiento familiar es vital, porque de esa manera podemos sentirnos incluídos, acompañados, sentir que se solidarizan con nosotros y eso hace que sea menos probable caer en la tentación de volver a los viejos hábitos.

Pero también hay que distinguir, a que obedece que se esté llevando esta dieta y los efectos de consumir gluten (advertida o inadvertidamente) mientras se sigue la dieta:

NO es lo mismo hacer un cambio de vida a través de la dieta sólo por cuestión estética, que por cuestión de salud. ¿Por qué? Porque la cuestión estética es algo efímero, temporal, en cuanto se alcance el peso o la talla deseadas, generalmente se abandona.

Tampoco es lo mismo en realizar una dieta sin gluten por enfermedad celíaca que por intolerancia al gluten, que por alergia alimentaria, que por tratamiento biomédico como en el caso del autismo. ¿Por qué? Porque el que hace una dieta por alergia alimentaria y por enfermedad celíaca deberá estar consiente que su organismo simplemente no se "lleva" con esos ingredientes y que ingerirlos pone en grave riesgo su salud, a más corto o largo plazo.
 
Como resultado de esos "permisos inocentes" al consumir gluten tendremos:
 
En la enfermedad celíaca disparos constantes de alerta a los anticuerpos que atacan al gluten pero que también destruyen las vellosidades intestinales, ataques que sí se vuelven constantes terminaran por atrofiar en gran medida la flora intestinal, dejando inhabilitado el intestino para absorber correctamente los nutrientes necesarios para el diario vivir y una salud plena.
 
En la alergia al gluten por supuesto reacciones del cuerpo que pueden ir desde una simple picazón en la piel, inflamación generalizada que lleve a aumento inexplicable de peso, hasta  reacciones anáfilacticas variables de leves a severas que incluso pudieran poner la vida en peligro.
En la intolerancia al gluten, pues unicamente se tendrán las molestias de hinchazón, dolor abdominal, quizá alguna diarrea, pero no tendrá el daño a las vellosidades intestinales, pero eso no descarta que la constante exposición al agente agresor pudiera desencadenar otras consecuencias de salud. No es sano en ninguna parte del cuerpo estar constantemente inflamado, no es el funcionamiento normal.
En el caso del tratamiento biomédico, pues la presentación casi inmediata de un desajuste en el cuerpo con lo que se vuelven a presentar los trastornos neurológicos por los que se inció la dieta. La reaparición de estos trastornos puede ser en mayor o menor medida dependiendo del tiempo de exposición y las cantidades ingeridas.
En cualquiera de los casos el resultado es el mismo una falta de salud.

En cuanto a la falta de variedad del menú, yo diria que es cuestión de imaginación, un poco de conocimiento y de dejar de necear en querer a fuerza comer lo que comen los demás (que las mayoría de las veces es insano) por que por más que le querramos agarrar el gusto a la dieta sin gluten, el ver el plato del vecino como mejor que el mio acabará por cansarnos y abandonaremos la dieta.

Si no se consume gluten, se podrán consumir otros cereales como arroz, maíz (está en controversia, pues al parecer la zeína que es el gluten del maíz, también está afectando el intestino de algunas personas con enfermedad celiaca), se puede consumir frutos secos como son almendras, nueces, cacahuates, siempre que no se sea alergico a ellas.
Verduras, muchas verduras, en combinaciones inacabables, el límite es la imaginación, leguminosas, frutas también, las de temporada, y carnes, pollo y pescados, todos estos productos siempre frescos de mercado o de super pero nunca enlatados.
 
Trataré de en el futuro de sugerir platillos que pueden servir en su mesa de elaboración casera y con las medidas pertinentes, totalmente sin gluten.
 
Por hoy me voy, se acabó el día.
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