Diciembre, es el mes favorito de Daniel, porque ocurren muchas cosas a su alrededor y directamente con él. En diciembre es temporada vacacional, no hay tareas!! Es su cumpleaños, luego viene navidad y la ilusión de Santa Claus y por supuesto en estas fechas recibe regalos de todas sus tías que no se olvidan de darle un detalle. Gracias Tías!
Y cualquiera diría que cuando diciembre se acaba a Daniel se le baja la batería, deja de encontrarle chiste a los días, porque no hay mes que supere a diciembre. Pues no, porque afortunadamente enero, hace su labor con el día de reyes, y entonces sigue ilusionado, pensando en que va a pedir tal o cual regalo porque Santa Claus no le trajo lo que pidió, y a ver si los reyes se compadecen y ellos si le cumplen.
Una vez leí, vi u oí que el niño que tiene más de 10 años y sigue creyendo en reyes, el ratón o hada de los dientes y santa, es porque tiene algo mal y que hay que llevarlo a atención con el psicólogo. Pfff!! No es que yo diga que no, pero pienso: que hay de malo en tener ilusiones? Sobre todo si eres un niño? Si no tienes aún obligaciones de adulto? No voy a pugnar porque les digan o no a sus hijos la verdad. Eso es decisión de cada quien y también tiene que ver con las creencias, cultos, religión que se maneja en casa. Es personal y es respetable. Sólo quiero puntualizar, Daniel ya tiene más de 10, y esta justo en ese punto en donde no sabe si creer lo que los compañeros le dicen sobre esas creencias o seguir creyendo que aunque no los ve son personajes reales porque ahí le dejan sus regalos. Mi posición es que mientras el a mi no me diga, me di cuenta que tu eres quien pone los regalos bajo el árbol y el dinero en la almohada cuando se me cae un diente, yo seguiré intentando conservarle la ilusión. Sólo tiene una niñez, se dará cuenta y se convencerá cuando sea su momento, ya tendrá toda una vida de adulto que dura muuuchos años para vivirla como tal, pero niñez, sólo una y dura bien poco, apenas unos 9 años.
Considerando que tiene una inmadurez emocional, creo que sus creencias tienen que ver con ello y si bien le hago entender sus responsabilidades conforme va creciendo, no tengo prisa porque deje de ser niño, al contrario, yo encuentro beneficio en que aún quiera apoyarse en esas creencias fantásticas, me ayuda a evitar que quiera hacer conductas de imitación a los más grandes, por supuesto hablo de las conductas negativas, como palabrotas, gestos obscenos, etc. que dicho sea de paso son las que más fácilmente imita. Así que cuando imite a un chico mayor estudioso, ambicioso con visión empresarial o algo así, claro que no me opondré, pero sé que es mucho pedir, así que mejor, que sea lo que tenga que ser y mientras que viva su niñez tranquilo sin arrebatos ni adelantos.
Prometo investigar como afecta la fantasía y la ilusión a un niño, cuando deja de ser bueno y lo compartiré para que estemos informados. Porque puede que este haciendo las cosas mal y ni siquiera lo sepa. Veremos que resulta.
En unas horas, Daniel bajará a hurtadillas a ver que hay en el zapato. Se pondrá contento a ver sus cajas con muchas piezas para armar!
¡Felicidades a todos los nenes y nenas que reciben una ilusión en forma de juguete!
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